GESTIONA TU MALHUMOR

¿No te ha pasado que sientes que tu humor depende de lo que te vaya ocurriendo? ¿de que no controlas lo que sientes y que actúas de forma reactiva en lugar de elegir cómo comportarte? Si sigues leyendo, vas a encontrar buenas ideas para ser tú mismo en cada momento del día.

Verás, ocurre que estamos muy acostumbrados a no responsabilizarnos de lo que sentimos. ¿Te suenan expresiones como éstas? ‘qué mal, llueve...’; ‘mi jefe me pone de mal humor’; ‘exploté por su culpa’…

Parece que lo que sentimos va en función de lo que nos sucede, como si nosotros no tuviésemos nada que ver en cómo gestionamos nuestro humor. Si realmente queremos minimizar los efectos de las situaciones desagradables que a todos nos toca vivir, debemos tomar conciencia de que tenemos el poder de escribir el guion de nuestras vidas. Evidentemente, hay situaciones que escapan a nuestro control, pero nuestra libertad última radica en cómo nos tomamos lo que nos pasa.

¿Y qué podéis hacer, a nivel práctico, para convertiros en protagonistas y que nadie decida cómo os debéis sentir?
  • Activa tu escáner interno para detectar en qué situaciones cedes tu poder a otros en lugar de ser dueño de tus emociones. Ej.: Voy a comprar y el vendedor me atiende mal. Me enfado. Detecto mi enfado pero no me dejo arrastrar por la emoción.
  • Encuentra el pensamiento/creencia que ha activado esa emoción. Ej.: ¿cómo se atreve a tratarme así? Esto sería el pensamiento superficial. Lo que realmente ha pasado es que ante su comportamiento me he sentido inferior. Eso me ha provocado rabia y me ha impulsado a marcar límites y proteger y defender mi territorio.
  • Cuestiona la creencia activadora. Intenta darle unas vueltas a ver de qué modo podrías cambiarla o sustituirla por otra para que se ajuste más a las evidencias de las que dispones. Ej.: ¿Realmente pretendía el vendedor molestarme? ¿qué se yo de su vida? Quizás no debería dar por hecho cuáles eran sus intenciones. Y además, ¿porqué he tenido una reacción tan exagerada? ¿cómo anda mi autoestima?.
  • Sigue observando en qué situaciones tienes reacciones similares y si puedes establecer alguna relación entre ellas. De identificar patrones se aprende mucho.
  • Practica en las situaciones difíciles. Cuando surjan, intenta detectar cuanto antes la activación de tu emoción y el pensamiento asociado. Recuerda que eres tú el que tiene el poder sobre ti y relájate en la medida de lo posible.
  • Persiste. Si dejas de explorarte, el trabajo y energía invertidos no servirán de casi nada. Pero si persistes, la mejoría en tu bienestar puede ser asombrosa.
Con el tiempo, te conocerás tan bien que detectarás rápidamente qué situaciones pueden ser potencialmente desagradables y qué interpretaciones erróneas estás aplicando, así que podrás desactivarlas y gestionarás tus emociones eficientemente.

Y por si alguien se lo está preguntando: marcar límites está muy bien y sentir rabia nos ayuda a detectar situaciones injustas que hay que reparar. Hablaremos de eso en otro post.

¡Quereos mucho y hasta pronto!

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares